Desde los canales a la atmósfera. Un breve recuento de la exploración científica de Marte.

Autores/as

  • Claudio Alejandro Flores Carreón UNAM, Escuela Nacional de Ciencias de la Tierra
  • Adriana Leticia Meléndez López UNAM, Escuela Nacional de Ciencias de la Tierra
  • Jorge Armando Cruz Castañeda UNAM, Instituto de Ciencias Nucleares

Palabras clave:

Marte, atmósfera, exploraciones espaciales

Resumen

Marte, el planeta más cercano dentro de nuestro vecindario cósmico, siempre ha despertado la fascinación de la humanidad. Para los antiguos babilonios, este planeta era la representación de los dioses de la guerra, Nergal y Ares, respectivamente. Sin embargo, este cuerpo celeste no solo ha sido asociado a aspectos divinos, sino también a aspectos científicos. Su movimiento en la bóveda celeste fue observado por primera vez por astrónomos del Egipto del Nuevo Imperio y científicos del Imperio Neo Babilónico. En el siglo XVII, se realizaron las primeras observaciones con telescopios, obra del reconocido científico florentino Galileo Galilei. Es innegable asegurar que el planeta rojo ha despertado la curiosidad científica desde hace más de 2000 años (North, 2008).

El astrónomo italiano Giovanni Schiaparelli fue quien, por primera vez en 1887, realizó un análisis a detalle de nuestro vecino planetario. Con la ayuda de un telescopio de solo 22 cm de diámetro, Shciaparelli dibujó el primer mapa de la superficie marciana (Figura 1). Estos mapas contenían una red de líneas rectas ubicadas en el ecuador de Marte (Sagan, 1980). Inicialmente, él nombró estas líneas como canali, (canales, en español), las cuales, con el tiempo, se llegaron a asociar con estructuras de origen artificial, idea ampliamente difundida por un astrónomo norteamericano, Percival Lowell. Este hecho ocasionó una tormenta mediática alrededor de Marte, ya que, la gente pensaba, que, si había canales rectos en la superficie marciana, estos deberían haber sido construidos por alguien (o algo) (Crossley, 2000). La creencia popular sobre la vida en Marte fue tan grande que incluso llegó a influenciar a grandes autores literarios del siglo XX, tales como Ray Bradbury y H.G. Wells. Sus obras más populares, “Crónicas Marcianas” y “La Guerra de los Mundos”, respectivamente, fueron escritas con la idea de que, en el planeta rojo, existía una civilización avanzada capaz de construir canales. A pesar de lo interesante que resulta pensar en la existencia de marcianos, las primeras observaciones in situ de la superficie marciana, realizadas por sondas espaciales, descubrieron que estas líneas rectas no eran más que una ilusión óptica. Nunca existieron los canales marcianos. Sin embargo, la caja de pandora había sido abierta y  el interés por estudiar a Marte estaba más que presente.

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Publicado

2025-04-04